sábado, 20 de abril de 2013

Malick



Cuando vivía Robert Altman era habitual que actores y actrices famosos le solicitaran salir en sus películas aunque fuera unos minutos, o unos segundos, es  lo que en el argot cinematográfico se conoce como  un cameo. Algo parecido sucedió cuando Terrence Malick después de estar veinte años alejado del cine y del mundanal ruido decidió realizar “La delgada línea roja” que vio la luz en el año 1998...
pero Terrence no se andaba con chiquitas, por muy famoso que fuera el actor en cuestión, si decidía en la sala de montaje que ni apareciera en su película pues corte  y a otra cosa mariposa.

Este profesor de filosofía vino al mundo del largometraje en el año 1973 con una película que pasaron varias veces por TV: “Malas tierras” y que a mí me gustó bastante. Martin Sheen (anda que entonces se iba a imaginar que sería el Willard de Coppola en la adaptación de “El corazón de la tinieblas “ de  Joseph Conrad ) y Sissy Spacek ( la futura   Carrie) fueron unos chavalitos que huían de la policía tras haber cometido un asesinato…



Después supe que había realizado, y aún en la década de los setenta,  “Días del cielo”  que fue nominada a varios premios oscar creo.
Cuando preparaba “La delgada línea roja” empecé a interesarme por este director, más que nada por todo el bombo que le daba la crítica y porque llevaba 20 años sin que nadie supiera dónde se había metido y porque no concedía entrevistas,  así que cuando la estrenaron fui a verla con bastante interés y… me decepcionó. Naturalmente los críticos la ponían por las nubes, nunca se había rodado una película tan poética sobre la segunda guerra mundial etc, etc…
Años más tarde tuve la oportunidad de ver “Dias del cielo” y me gustó mucho, la historia, la impresionante fotografía….. me encantó. 


Luego rodó “El nuevo Mundo” la mejor  de sus películas bajo mi punto de vista, trata sobre una leyenda: Pocahontas. 


Y así llegamos a “El árbol de la vida” obra maestra según muchos y que a mi no me gustó, una música bellísima ( lacrimosa Zbigniew Preisner)  y unas imágenes que a veces parecían cuadros en exposición. Confieso que, al igual que Sean Penn su personaje, no la entendí o que la entendí demasiado,  para el caso es lo mismo. No me emocionó, por momentos me aburría y a veces no sabía en qué laberintos imaginativos transcurría. 
 Hace días que he visto su última: “To the wonder”, parece ser que maravillosa, más  para mí un verdadero tostón, vuelven las voces en off como en el árbol de la vida, pocos diálogos y visualmente extraordinaria pero me aburre. El papelito de  Ben Afleck es para verlo, si ya de por sí es un actor bastante inexpresivo en esta película ronda el paroxismo de lo insípido…
 Y termino diciendo otra barbaridad : Pienso que Terrence Malick sería un excelente realizador de documentales.














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