lunes, 8 de abril de 2013

Dogville



Diez años he tardado en ver Dogville, será que cuando veía los fotogramas, la puesta en escena me echaba para atrás, y la dejaba en espera una y otra vez.
La película, de casi tres horas de duración, es un análisis pesimista, y no por ello lleno de lucidez,  de la condición humana. ¿Qué existe en el fondo de todos y cada uno de nosotros que nos perturba tanto? ¿Basta con que nos den una parcela de poder para reivindicar amargamente la historia del hombre? ¿Está el hombre condenado per se desde tiempos remotos? ¿El poder corrompe en todas sus facetas? 
  Es terrible la conclusión final de la película y es terrible que ese final despierte tantas y tantas pasiones… ¿Será porque la gente se hace coparticipe de las decisiones de la protagonista? Porque seguro que alguno dirá  bueno es que es ficción y los deseos en un mundo imaginario no tienen relevancia aunque sean nuestros… 
Gran director y extraño personaje Lars von Trier, el lanzador del movimiento Dogma que a mi particularmente me gusta, a no ser por la cámara,  que en algunas películas no la dejan quietecita al llevarla al hombro y algunas escenas se hacen insufribles por ello.
 Fantástica la interpretación de la Kidman y a la puesta en escena se acostumbra uno en un plis plas pues te dejas llevar por una historia en la que el alma humana sufe una disección contínua y constantemente te preguntas ¿a qué nos conducirá?. Y sí, el final no puede ser más sorprendente y pasional.

En el reparto resalto a Ben Gazzara por el que siempre sentí predilección.










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