martes, 22 de diciembre de 2015

La ligereza es una forma de perversión....


Hay películas que te dicen: “Si lo quieres lo tomas y si no lo dejas, ya sabes lo que hay”. Son las películas, por ejemplo, de género. Por el contrario hay películas inclasificables, podrían ser las del cine de autor, también por ejemplo. Algunas juegan contigo durante un buen rato hasta que tú decides apartarte o inmiscuirte. Estas últimas se exponen a todo tipo de críticas y de alabanzas al mismo tiempo. No tienen término medio, a nadie deja indiferente.   

“Youth” es la película que después de muchos meses alejado de uno de mis vicios me reconcilió con el cine. Hay películas que simplemente te tocan y es un toque que te quema hasta que la llama te invade las entrañas. Y sabes que ya estás atrapado.
Mientras contemplas escenas de “Youth” al mismo tiempo empiezas a recordar escenas de tu propia vida (o malrecordar, pues el pasado es un túnel donde a veces se divisa lo muy lejano), formas de mirar voluptuosamente que asaltan la memoria, frases que te vienen como anillo al dedo para expresar lo que sentiste o sientes o lo que, tal vez en un futuro no muy lejano, tengas hasta miedo de sentir.
Cuando el pasado se hace largo puede convertirse en una herida sin curación posible a la que hay que mirar de frente como un reto o con sumisión. Tú eliges….
El pasado, la vida, está lleno de momentos, algunos, con el tiempo, no significan nada, otros, por el contrario pueden ser la esencia de la propia vida, de una maravillosa vida tal vez, o de una absurda existencia sin ulterior sentido.
Hay un director de orquesta al que le invade un vacío sideral, un director de cine que no se da por vencido y aún busca su obra maestra como forma de mantener la llama de la pasión.
Dos viejos contemplando a Miss Universo….. dos vidas, un instante.
¿Qué sentido tiene la vida? Tantas veces nos lo hemos preguntado como tantas hemos escapado de la pregunta. Lo insondable, lo mágico, lo indefinido, una actitud…….. “La juventud”.