sábado, 4 de agosto de 2012

Dekuji vam Praga

Ordené sacar mi caballo del establo. El criado no me comprendió. Fui yo mismo al establo, ensillé el caballo y monté. A lo lejos oí el sonido de una trompeta, le pregunté lo que aquello significaba. El no sabía nada, no había oído nada. En el portón me detuvo para preguntarme: —¿Hacia dónde cabalga el señor? —No lo sé —respondí—. Sólo quiero irme de aquí. Partir siempre, salir de aquí, sólo así puedo alcanzar mi meta. —¿Conoce, pues, su meta? —preguntó él. —Sí —contesté yo—. Lo he dicho ya. Salir de aquí, esa es mi meta.
La partida   Franz Kafka 

 El traslado desde el aeropuerto a la ciudad es de lo más sencillo y barato, eso sí, llévate monedas para sacar el billete del autobús pues la máquina expendedora no te acepta papel. Saca un billete de media hora  24 coronas, casi un euro (con eso es suficiente), el bus te dejará en Dejvicka y allí coges el metro, el mismo billete del bus te vale para el metro.
 No cambies en el aeropuerto, ni en España, ni en ninguno de los múltiples establecimientos que te lo ofrezcan. El mejor sitio para cambiar está en la calle Kaprova, es un edificio que hace esquina, bastante visible, abierto durante todo el día y cerca de la plaza Staromestské.

 Para comer restaurantes con clientela mayoritariamente checa, como....

U Pikansu en la plaza Jungmannovo ( parada del metro en Müstek)
 Tiene en el interior terraza  cuyas paredes dejan entrever la ubicación de un antiguo convento. 

U medvídkú  que se encuentra en la calle Na Perstýné también muy cerca de la plaza Jungmannovo, basta caminar por la calle Narodni en dirección al Teatro Nacional y te lo encuentras. En este restaurante pides la cerveza Barrique elaborada allí mismo.

Novomestsy Pivovar en la calle Vodickova nº 20 donde ponen una cerveza negra elaborada por ellos buenísima.  
 Ferdinanda en la calle Opletalova (bocacalle de la plaza de Wenceslao) donde te ponen la mejor cerveza de Praga la Sedm kuli y para acompañarla la especialidad de la casa: El codillo. En  Malá Strana hay otro Ferdinanda.  
 Para llegar a este restaurante te coge de camino el Hotel Europa cuya fachada es preciosa, pero por dentro lo es más y no es caro el menú.
También hay que probar un perrito caliente en la plaza de Wenceslao.
Para ver y escuchar.....
Praga tiene ese encanto que de pequeño imaginé y soñé…..y más.Sobre todo a las cinco de la madrugada
                                         al mediodía...  (Jazz)

¿Qué harán todos mirando para el mismo sitio?
Y más jazz por la tarde...

y unas caipiroskas para coger fuerzas no viene mal.

 Merece la pena que te saques la tarjeta Prague Card  (37 euros) y entrada libre a palacios, el Castillo, Museo Nacional, Catedral de San Vito, exposiciones de arte contemporáneo……. 
va incluido un tour en autobús de dos horas por la ciudad. 

También hay que darle descanso a los pies y placer a los sentidos.....

Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con alegría inocente.
Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.
En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción.
Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas.
Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.
Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.
La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

El silencio de las sirenas  Franz Kafka
 
Y a la noche el teatro negro ( no nos dejaron hacer fotos) y más jazz .....
 Gratis en Jazz Republic de 9 a 12 de la noche solo te cobran la consumición, está en la calle 28. Rijna muy céntrica también.
 Cerca del puente Jiraskuv está el Jazz Dock donde nos colamos una noche para asistir a la clausura del  Czech Jazz Workshop. 
 Ay, si no fuera porque hay que coger el avión.....

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