miércoles, 25 de julio de 2012

Esta noche hice un traspaso, quemé un sofá, olvidé un beso, arrojé las sombras, sepulté la erística…… abracé la nada.


Dicen que la historia se repite, la mía, aún con pinceladas de distinto color, `postrada ante mí la observo.

Lo que no se repite nunca es la muerte y eso a pesar de que  cada día morimos un poco más. 

La vida y la muerte y la ausencia de sonrisas en una noche de verano…..

¿Cómo vas a verte sonreír cuando si ni tan siquiera encuentras el espejo de ti mismo?

Ains….

Y mira que es sano reírse de uno mismo, pero hay situaciones en que estás tan asustado, tan sólo, tan irremediablemente postrado a los pies de los caballos, tan a  merced de tus propios pensamientos  que todo se diluye cual espejismo en el desierto.

Y entonces piensas en otras situaciones, en olvidadas  vivencias con las que llenar ese espacio mental  que te está maltratando sin darte tregua.

 Pero todo es inútil, la angustia te domina como preámbulo del pánico venidero.

 Sabes que cuando acabe la noche, esta noche, tienes que partir.

 Que debes volar tanto como vuela ahora tu imaginación, que debes…..

Subirte al avión.



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