martes, 3 de julio de 2012

Dulces de convento


No sé muy bien porqué en estos momentos se me vino a la memoria aquellas noches  de veranos en las que nos reuníamos, hasta las tantas de la noche, en la plaza del pueblo para conversar, como se suele decir, de lo divino y de lo humano, de fútbol, de las guayabas, de música (a veces aparecía una guitarra), de cine, de nuestra infancia.......  recuerdo como algunos rememoraban aquel tiempo en el que de pequeños,  contábamos historias de miedo, de absoluto terror, y como, después de jugar al juego de rigor, el que perdía tenía que ir a la puerta del cementerio y golpear la cancela y salir corriendo preso del pánico porque los fantasmas del más allá ( y menos mal que nunca fueron los del más acá) corrían pisando los talones al atrevido jugador .  Nunca han dejado de sorprenderme  esas historias, aquí os dejo una en la que una vez oída hay que dejar volar a la imaginación….. 

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