miércoles, 1 de junio de 2011

Noche 9. El principe de Asturias de las Letras 2011 para Leonard Cohen

Canadiense, 76 años, poeta y escritor antes que músico, un referente de toda la vida. Aún recuerdo aquél tiempo en que traducia sus letras con un minúsculo diccionario. Pues una pequeña alegría, la de esta noche, por el reconocimiento a alguien con quien pasé, escuchando sus canciones, muchas horas de mi vida.

So Long Marianne Leonard Cohen

¿Puedes asomarte a la venta, cariño?
Quisiera intentar leerte la mano.
Solía pensar que era una especie de gitano,
antes de dejar que me llevaras a casa.
Hace tanto tiempo, Marianne, que comenzamos
a reirnos y llorar y llorar y reirnos de todo.
Sabes que me gusta vivir contigo,
pero haces que me olvide de todo.
Olvido rezar a los ángeles
y luego ellos se olvidan de rezar por nosotros.
Hace tanto tiempo, Marianne, que comenzamos
a reirnos y llorar y llorar y reirnos de todo.
Nos conocimos cuando eramos jóvenes.
Fué en el parque lila y verde.
Me cogiste como si fuera un crucifijo
mientras nos adentrábamos de rodillas en la oscuridad.
Hace tanto tiempo, Marianne, que comenzamos
a reirnos y llorar y llorar y reirnos de todo.
Ahora, necesito tu amor oculto.
Siento frío como la hoja nueva de una maquinilla de afeitar
Te fuiste cuando te dije que era una persona curiosa.
¿En algún momento dije que era un tipo valiente?
Hace tanto tiempo, Marianne, que comenzamos
a reirnos y llorar y llorar y reirnos de todo.
Realmente, eres preciosa.
Veo que te has ido y has cambiado de nombre otra vez.
Alcanzo la cima de ese lado de la montaña
y lavo mis párpados con la lluvia.
Hace tanto tiempo, Marianne, que comenzamos
a reirnos y llorar y llorar y reirnos de todo.

 Suzanne Leonard Cohen           

Suzanne te lleva a su escondite, al lado del río.
Puedes oir las barcas pasar de largo.
Puedes pasarte toda la noche a su lado.
Y sabes que está medio loca,
pero ése es el motivo por el cual estás allí.
Y te da té, y naranjas
de la China.
Y cuando tratas de decirle
que no tienes amor para ofrecerle,
te coge y te mece en sus brazos,
dejando que sea el río el que conteste
que siempre has sido su amante.
Y quieres viajar con ella.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que confiará en tí
por haber tocado su cuerpo perfecto con tu mente.
Y Jesús era un marinero
cuando caminó sobre el agua.
Y gastó mucho tiempo mirando
desde su solitaria torre de madera.
Y cuando supo con certeza
que sólo los que se ahogaran podrían verle
Dijo: -Todos los hombres serán marineros,
hasta de que el mar los libere.
Pero él mismo estaba arruinado
antes de que el cielo se abriera.
Abandonado, casi humano,
se hundió bajo tu sabiduría como una piedra.
Y quieres viajar con él.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que quizá confiarás en él
por haber tocado tu cuerpo perfecto con su mente.
Ahora, Suzanne toma tu mano,
y te lleva hasta el río.
Lleva puestos unos trapos y plumas
sacados de la ventanilla del Ejército De Salvación.
Y el sol cae como la miel
sobre nuestra chica del puerto.
Y te muestra donde mirar
entre la basura y las flores.
Hay héroes en las cloacas,
y niños por la mañana,
inclinándose por amor.
Y lo seguirán haciendo siempre,
mientras Suzanne sostiene el espejo donde se mira.
Y quieres viajar con ella.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que confiará en tí
por haber tocado tu cuerpo perfecto con su mente.


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