Y el caso es que vas con reticencias al cine por la duración
(tres horas) y por un tema muy manido últimamente en el cine: La homosexualidad.
Cuando llegas a la sala (única sala de Sevilla donde se
proyecta, en todo el centro y en una única sesión a las seis de la tarde, y en
fin de semana) a punto de comenzar, cuentas diez personas y dices ajú.
Pero vas porque la peli ha sido Palma de Oro en el último
festival de Cannes donde también participó “Le passé” así que te dices que la
peli tendrá algo …
Y tiene que se te pasan las tres horas en un periquete.
Que el amor preconcebido entre lesbianas que llevabas asumido
antes de entrar poco a poco se te va transformando en una historia de amor
entre dos personas sin distinción de sexo, tal y como debe ser sí, pero tan difícil
siempre de plasmarlo en una pantalla de cine.
Que las escenas de sexo están muy bien hechas, son muy lindas,
y para nada desentonan ni destacan por encima del resto de la cinta.
Que la protagonista Adele
Exarchopoulos (una niña de 17 años) dará
que hablar en los próximos años, el idilio (mechón incluido) con la cámara es asombrosamente
natural.
Que la chica del pelo azul Lea Seydoux, seguidora de Jean Paul Sartre ( en la peli claro), tiene una
sonrisa de lo más dulce y atrayente.
Más cosas que me gustaron, que me llamaron la atención y que no comento demasiado como siempre por si
van a verla:
Las cenas en casa de los padres de Emma primero y en casa de los padres de Adele
posteriormente.
La fiesta de cumpleaños de Adele en contraposición con la
fiesta privada en casa de Emma donde da
a conocer a los amigos sus primeras pinturas.
El azul del vestido de Adele en la escena final durante la exposición
de Emma.
Curiosa y atrevido el
uso de los primeros planos en escenas donde normalmente se requiere un plano
general o un plano de conjunto como en la manifestación, en las fiestas….
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