martes, 17 de diciembre de 2013

La gran belleza



Te voy a proponer un viaje, un recorrido fascinante por una ciudad, la ciudad eterna…. Roma. Soy escritor, bueno la verdad es que solo he escrito una novela en mi vida, de eso hace ya treinta años, me dedico a hacer  entrevistas para diversas revistas, soy mundano, frívolo,  acabo de cumplir  65 años…

Estás invitado a mi fiesta de cumpleaños en el apartamento que tengo frente al Coliseo, allí podrás bailar a ritmo de Raffaella Carrá e incluso mover después la colita. Conocerás a toda una pléyade de personajes de lo más vulgar dentro de las más vulgares noches berlusconianas.


¿Qué? ¿Qué no es nada interesante? Bueno, bueno pero es que aún no me conoces, soy Gep, Gep Gambardella y soy irresistible para los espectadores. Si no me crees pregunta, pregunta a quien me haya visto….
¿Por qué he escrito sólo una novela? Bueno esa pregunta me la hacen varias  veces en la película, me la hace todo el mundo, yo respondo que soy vago, que me acomodé a la noche romana, que me dejé llevar por un mundo que me arrastró… aunque la verdad, y te lo digo sólo a ti ahora que no nos lee nadie, es que no volví a escribir un libro porque no encontré lo que andaba buscando, no encontré….. la gran belleza. 

Hace algunas noches,  paseando por la Plaza Navona una amiga, por cierto muy rica,  me dijo que debí estar muy enamorado para escribir un libro tan brillante, entonces pensé en mi a los dieciocho años y en una gran belleza a los veinte… ay mi hermosa amiga rica ¿me comprendería cuando le dije que a mi edad una mujer hermosa ya no es suficiente? 
 Me han comparado con Mastroianni en la "Dolce vita" y de mi director, Sorrentino, dicen que homenajea a Fellini. 
 Digo todo esto para que te hagas una idea de lo que te vas a encontrar al ver la peli, y, auqnue las afirmaciones anteriores no dejan de tener su parte de veracidad, lo impepinablemente cierto es que recorriendo Roma también recorrerás mi mundo interior, mi ironía, mi amargura, mi desesperanza, mi recurso a la nostalgia por mi falta de fe en el futuro y, tal vez, digo tal vez, comiences a recorrerte a ti mismo, a mirarte a ti mismo. Si es así, si inverosimilmente es así, probablemente estés en camino de encontrar la gran belleza.






 

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