lunes, 5 de noviembre de 2012

Noche 28



Era un vencido, pasó de fabricar sueños efervescentes a dejar de soñar y se hundió  en las profundidades insondables de sí mismo. 
Se cubrió de una coraza donde el tiempo se detuvo,  para que ni la lluvia de  estrellas, ni el viento del deseo le alcanzaran nunca más. 
Se asemejaba a un  agujero negro  negándose a que su luz emergiera en el horizonte  de sucesos. 
Y allá, en la ardiente oscuridad, doblegaba a la vida a ritmo de silencio. 
Nadie supo más de él…

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