Hacia Aristarain hay que mirar, y de vez en cuando volver o de tarde en tarde…. pero volver. Sus películas me entusiasman, sobre todas “Un lugar en el mundo” y ”Martin (hache)”. Te dan
vida, te enderezan, te erizan los sentidos y después que terminas de verlas te quedas un tiempo
en silencio saboreándolas placenteramente, ensimismado en
un mar de sueños inacabables….
Hubo un tiempo en el
que bebía de las noches de verano entre naranjos y laureles, entre yerbabuena y
jazmines y al levantar la cabeza veía nidos de estrellas alumbrando al silencio
más entrañable, y una de esas noches, no hace mucho tiempo, de pura casualidad, encendí la caja tonta y daban
“Lugares comunes” que para mi gracia yo aún no había visto.
Anoche volví a verla, sin yerbabuena, sin estrellas, sin jazmines,
sin aquella añorada soledad veraniega…
Sí, hay que volver a Aristarain aunque sea, como yo, de
tarde en tarde, y a esos lugares comunes en el intento de describir la tragedia
de la vida.
"Lugares comunes" Adolfo Aristarain
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