Aunque para acogida la de estas niñas.....y la del niño. Como diría Hildy: ¡¡¡Merci beaucoup mes filles!!!
lunes, 19 de noviembre de 2012
A la sombra de las muchachas en flor....bueno y a la del muchacho.
Chinchón......
Pequeñito sí, pero muy coqueto y acogedor...
Aunque para acogida la de estas niñas.....y la del niño. Como diría Hildy: ¡¡¡Merci beaucoup mes filles!!!
Aunque para acogida la de estas niñas.....y la del niño. Como diría Hildy: ¡¡¡Merci beaucoup mes filles!!!
domingo, 11 de noviembre de 2012
A los que aman
Dicen
que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos
mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca
la sentimos. Pero yo siempre he creído
que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, el más
hondo… el más injusto.
Hay
nubes grises que cogen su color al estar cerca de la luna. Hay nubes sin
sombra. Hay nubes densas, blancas y brillantes cuyos bordes se tocan. Hay velos
blanquecinos formados por cristales de hielo. Nubes como rebaños. Hay nubes
negras como montañas oscuras, que en unos instantes cubren el cielo y anegan la
tierra de lluvia…..
Nos
enamoramos de una voz, de unos rasgos, de un gesto. ¿Por qué de una combinación
precisamente de entre todas las del mundo? ¿Qué extraña alquimia hace que sea esa y no otra? ¿Qué oculto atajo toma un alma
que se abre camino hacia la nuestra?
Cuando
eres un niño nadie te dice que el amor puede ser tan ….. devastador.
Hay lugares que
encierran de una manera especial los momentos que hemos vivido en ellos, y
cuando regresamos ahí están, listos para ser revividos, intactos, ¿sabéis
cuándo la pasión se transforma en amor, y cuándo el amor en pasión, cuándo
cruzamos la frontera que separa un ser del otro y no podemos regresar...?¿En
qué momento cristaliza... en qué momento cualquier voluntad nos abandona, en
qué momento el amor y dolor se mezclan tanto, tanto... que nadie ni uno mismo
puede distinguir donde empieza uno y acaba el otro?
Hay nubes como velo de cristal y
nubes pesadas como castillos. Nubes que nos recuerdan la cara del ser que
amamos y nubes con rostros que no queremos recordar. Siempre viví mirando al
cielo y nunca encontré dos nubes idénticas. Así quiero morir. Mirando las nubes
y buscando la pregunta a una respuesta que no conozco.
jueves, 8 de noviembre de 2012
Festival de cine en Sevilla
Pues ya tenemos al Festival de cine de Sevilla en la recta
final. Por las mañanas en Plaza de Armas están proyectando películas para la prensa y
no para el público. Hay una sesión a las nueve y otra a las doce y media. Dos
días fui con mi amigo Andrés, el debe
tener aspecto de periodista pues al
llegar dice simplemente prensa y pasamos
sin acreditaciones ni nada.
El primer día vimos “Gebo et l’ombre” del centenario Manoel de Oliveira con un elenco de actores
formidables, película muy estática, teatro dentro del cine y dicen que acaso una metáfora sobre el presente de Europa.
No me gustó y me resultó bastante difícil de terminarla.
El segundo día (ayer) vimos “La caza” de Thomas Vinterberg y nos encantó. La película es realmente soberbia y dicen que
es la favorita del festival. Asistimos
en la película a las consecuencias de una mentira, al cambio en las vidas de las personas y de la comunidad a
partir de entonces.
El final de la película con la escena de la
caza era previsible por descorazonador.
Excelente el trabajo del protagonista Mads Mikkelsen.
Pues venga, a vestirse
de periodista que sale gratis.
martes, 6 de noviembre de 2012
Escenas de películas (V)
Hacia Aristarain hay que mirar, y de vez en cuando volver o de tarde en tarde…. pero volver. Sus películas me entusiasman, sobre todas “Un lugar en el mundo” y ”Martin (hache)”. Te dan
vida, te enderezan, te erizan los sentidos y después que terminas de verlas te quedas un tiempo
en silencio saboreándolas placenteramente, ensimismado en
un mar de sueños inacabables….
Hubo un tiempo en el
que bebía de las noches de verano entre naranjos y laureles, entre yerbabuena y
jazmines y al levantar la cabeza veía nidos de estrellas alumbrando al silencio
más entrañable, y una de esas noches, no hace mucho tiempo, de pura casualidad, encendí la caja tonta y daban
“Lugares comunes” que para mi gracia yo aún no había visto.
Anoche volví a verla, sin yerbabuena, sin estrellas, sin jazmines,
sin aquella añorada soledad veraniega…
Sí, hay que volver a Aristarain aunque sea, como yo, de
tarde en tarde, y a esos lugares comunes en el intento de describir la tragedia
de la vida.
"Lugares comunes" Adolfo Aristarain
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