Recuerdo el silencio sepulcral de la sala durante toda la proyección de esta película, y el que siguió después cuando se encendieron las luces….. la gente estaba impactada por lo que había visto.
Y es que hablo de un tipo de cine a la antigua usanza, un thriller que nada tiene que envidiar a aquellos que generaron los grandes maestros del género.
Cronenberg es un director con un estilo muy personal, su cine es atrayente, interesante, aunque algunas de sus propuestas (Crash por ejemplo) me llegaron aburrir de lo lindo. Esta cinta fue toda una sorpresa, dista mucho de ese su tipo de cine del que yo tenía referencias. Siempre le asocié al género de la ciencia ficción. Esta película como su cine en general, te inquieta, te perturba, pero bebe de las fuentes del cine artesanal, del cine clásico.
La película te atrapa desde el primer instante, te deja inmóvil, sin ganas de comer palomitas, te deja fascinado por la interpretación magistral de Viggo Mortensen, por la mirada clara y desnuda de Naomi Watts y por un ritmo narrativo que hace que ese interés inicial, suscitado por ese comienzo sorprendente, continúe in crescendo hasta el final.
No me atrevo a decir de las imprescindibles, pero sí de las de obligatorias para quien le guste el cine con mayúsculas.
Habrá que verla, ya me pica la curiosidad.
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