La Vargas, mexicana de adopción, noventa y dos años la contemplan, su música, dice ella, no tiene fronteras pero sí un lugar común: el amor y la rebeldía. Luchó para ser ella misma, no estudió para lesbiana, no, nació así, sus dioses la hicieron así…. se retiró a comienzos de los setenta y volvió allá por los noventa.
Y bueno pues….pues eso.
Como me gusta esta canción, es fantástica
ResponderEliminarobservo buen gusto musical en este blog.