sábado, 13 de diciembre de 2014

La migliore offerta



El cine es maravilloso porque  entre otras muchas cualidades tiene la facultad  de expresar sentimientos a través de imágenes…..y  de provocarlos.
Ver sentado a Virgil en la taberna (¿existirá realmente?) instantes después de haberse instalado en esa casa frente al reloj astronómico del ayuntamiento de Praga te provoca tanta ternura….
 ¿Pero cómo puedes esperarla Virgil? Te han estafado, te ha destrozado, te lo han quitado todo. Tu ángel azul voló llevándose consigo a todas esas mujeres a las que habías idolatrado y amado durante toda la vida, se llevó todo lo que poseías,  te dejó desnudo, vencido, muerto….
 Y es que ya se sabe….. sin que uno se dé por enterado un día es una forma de expresión, otro una pared odiosa que le impide ver, otro el sentir sus propios pasos acelerados hacia la cancela y hacia una voz cada vez más anhelada. Y cuando la contempla ya sabe que se enamoró  de un gesto antes de verlo, de una mirada antes de sentirla, de un cuerpo antes de desnudarlo, de una mujer antes de conocerla, de una sonrisa antes de sonreírla…..
 Nunca he visto una película de Tornatore. Cinema Paradiso (la primera y única) no la vi completa, solo la mitad y poco más, no me gustó la sensiblería cursi de engañabobos en la que me quiso envolver con el pretexto del amor al cine. Esta comencé a verla porque quise ver actuar a uno de mis actores favoritos: Geoffrey Rush , y como cuando le ves te fascina pues seguí y seguí, hasta que me di cuenta de que la historia me intrigaba, que la película estaba  muy bien hecha, que la música (del  gran Ennio Morricone que tanto me emocionó en “Erase una vez en América” ) me envolvía y me llevaba  hacia las imágenes  hasta hacerme sentir muy a gusto viéndola, y así fui haciéndome cómplice de Virgil en sus visitas  a la mansión……..
 Por eso ahora quisiera poder volver a Praga deseando que exista esa taberna llena de ruedas dentadas, y al entrar, desviar la vista hacia el rincón, hacia un Virgil posible sólo en mi imaginación, y verlo allí, esperando, y mientras espera: “ Y sin embargo es mucho haber amado, haber sido feliz, haber visitado el jardín siquiera solo un día….”

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