miércoles, 5 de febrero de 2014

En la casa



Algunas veces el menos común de los sentidos  da señales de alerta cuando ya es demasiado tarde. Entonces  lo inevitable hace acto de presencia y ya no hay freno ni marcha atrás.
  Esta es la historia de un insaciable bebedor de historias, que una tarde se topa  con la redacción de  un alumno raro, por brillante, y  sorprendente. Cuando se entera de dónde obtuvo, ese imberbe que se sienta en la última fila, el argumento de  su redacción, el profe de literatura le animará a que siga escribiendo sobre el tema. Y es que, en cierto modo, su alumno le recuerda a él mismo en su adolescencia. Poco a poco, el profesor, sin darse cuenta, tomará parte activa en el desarrollo de esa historia entregada por fascículos. ¿Cómo?  Corrigiendo al alumno, mostrándole nuevas vías, sugiriéndole formas de actuación y animándole constantemente hacia el triple salto mortal.
  Claro que el alumno no necesitaba mucho estímulo  pues con el tiempo  se percata de que tiene atrapado a su profesor dentro de su historia y,  embriagado de  poder,  le hace protagonista de ella. ¡Pobre profesor! 
  Y tú, inocente espectador sin darte cuenta, sin comerlo ni beberlo,  también quedarás atrapado en la historia y, como el profesor, esperaras con idéntica avidez cada entrega  y ni serás capaz de  distinguir entre la ficción y la ficción dentro de la ficción. Bueno….Tampoco importa mucho, lo importante es la película en sí, el modo de contarla y tu implicación en ella. Porque es la historia de una pasión por las historias. Así que si te gustan…. Buen provecho. Y no te obsesiones….

No hay comentarios:

Publicar un comentario