Me dicen que ayer fue tu día, San Antón. No es que se me
olvidara, no lo sabía, ni me acuerdo de los días de los humanos…. Al principio
me hizo gracia, pero después…..¿y por qué no? ¿Por qué no vas tú a poder tener tu
día?
Ayer fue tu día y yo llegué con prisas acuciado por la fina
y pertinaz lluvia, ni siquiera te miré al llegar, después te reñí cuando te sentí
junto a mí en vez de detenerte a comer lo que te dejé en el plato, yo
recogiendo los habíos del cocido ( acelgas, calabaza y col ), protegiendo las planteras de tomates de la
lluvia y del frío, y tu diciéndome con
los ojos …. ¿es que no me vas coger en tus brazos hoy que
es mi día?
Así que te traigo aquí para que sepan que hoy, al llegar, te
voy a acariciar hasta que ronronees de gusto y que estaré un buen rato contigo en
ese tu mundo donde la cultura es un campo verde en el que te tiendes en la yerba
fresca, donde tus pleitos los dirimes a arañazos, donde tu hipoteca es la luz
del sol en tu casa de olivos y naranjos, tu mundo gatuno, tu mundo feliz no el
de Aldous Huxley….
Hoy te voy a resarcir de los petardos que te hicieron huir
en fin de año, hoy hasta te voy a poner la Traviata….
Y no te vayas nunca más gata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario