Se acerca Gatsby…
Hace pocos
días asistí obligadamente a la proyección
de “El gran Gatsby”, película de Jack Clayton con guión de Francis Ford Coppola
y protagonizada entre otros por Robert Redford, Mia Farrow y Sam Waterston.
Hacía mucho
tiempo que la había visto y apenas la recordaba.
La película
refleja con maestría una época: Los felices, desenfrenados, decadentes y corruptos años veinte de la alta
clase social de Nueva York.
Gatsby
representa el sueño americano, amasa dinero ilícitamente y lo gasta haciendo
alardes de riqueza en las fiestas nocturnas de su gran mansión, en las que
curiosamente no participa, pues su único objetivo es recuperar el amor
de un verano de su juventud: Daisy.
Nadie se
explica la obsesión de Gatsby por la frívola y superficial Daysy pero… ¿es que
acaso existe fuego o hielo capaz de competir con lo que un hombre alberga en su
corazón?
De todos los
asistentes a la proyección yo era el único que no había leído el libro de Scott
Fizgerald. Anoche aparqué el libro que estaba leyendo de Carmen Rigalt
porque, navegando por aquí, encontré a Gatsby y desde el comienzo me ha
cautivado….
“Cuando regresé del Este en el otoño sentí deseos de que el mundo
estuviera de uniforme y con una especie de eterna vigilancia moral; no quería
mas excursiones desenfrenadas con atisbos privilegiados al corazón humano. Sólo
Gatsby, el hombre que presta su nombre a este libro, Gatsby, el hombre que
representaba cuanto he desdeñado desde siempre, estuvo eximido de mi reacción.
Si por personalidad - se entiende una serie ininterrumpida de gestos exitosos,
entonces había algo fabuloso en él, una sensibilidad a flor de piel hacia las
promesas de la vida, como si estuviera vinculado a uno de aquellos intrincados
aparatos que registran terremotos a diez mil millas de distancia. Esta
sensibilidad nada tiene que ver con la amorfa capacidad de impresionarse que
adquiere categoría bajo el nombre de temperamento creativo era, más bien, una
extraordinaria disponibilidad para la esperanza, una presteza para el romance
que jamás he encontrado en nadie y que probablemente no vuelva a hallar jamás.
No.... Gatsby resultó bien al final; fue más bien aquello que lo devoró, esa
basura hedionda que flotaba en la estela de sus sueños, lo que mató por un
tiempo mi interés por las congojas intempestivas y las efímeras dichas de los
hombres”.
Próximamente
se estrenará una nueva versión de esta
novela, esta vez dirigida por Baz Luhrmann ( sí, el que dirigió Moulin Rouge) y con Leonardo
di Caprio de protagonista, así que parece que…… se acerca Gatsby .
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