Aki Kaurismäki es un director finlandés
con una amplia cinematografía a
sus espaldas, sus películas no están hechas para el gran público, no es
cine comercial, sus personajes son más bien lacónicos, a veces inexpresivos, el
ritmo es lento (recuerdo el arranque de “La chica de la fábrica de cerillas” cuando
las primeras palabras de los actores surgen pasados quince minutos de metraje) y sus personajes
son los desahuciados, los pobres, los parias, los desheredados de la Tierra.
En “El Havre” asistimos a los esfuerzos de un limpiabotas por ayudar a un niño, emigrante ilegal, que huye de la policía. Conoceremos el barrio donde vive Marcel, a su mujer, al tendero, a la panadera, al cantante de rock y al bar que frecuenta casi todas las noches.
“El Havre” es una cinta cargada de humanismo dentro del submundo más hiriente, Kaurismäki es un romántico que filma, como los neorrealistas italianos, la vida tal como es pero al mismo tiempo imaginando como debería de ser (como sucede en los cuentos) y es así que con la colaboración de todos, hasta del inspector de policía, Marcel ayudará al niño a cumplir ese sueño que vive más allá del Canal de la Mancha.
En “El Havre” asistimos a los esfuerzos de un limpiabotas por ayudar a un niño, emigrante ilegal, que huye de la policía. Conoceremos el barrio donde vive Marcel, a su mujer, al tendero, a la panadera, al cantante de rock y al bar que frecuenta casi todas las noches.
“El Havre” es una cinta cargada de humanismo dentro del submundo más hiriente, Kaurismäki es un romántico que filma, como los neorrealistas italianos, la vida tal como es pero al mismo tiempo imaginando como debería de ser (como sucede en los cuentos) y es así que con la colaboración de todos, hasta del inspector de policía, Marcel ayudará al niño a cumplir ese sueño que vive más allá del Canal de la Mancha.
Esperanza en el hombre, la identificación de este finlandés.
Y gracias por la peli A.
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