...... a los pestillos.
Antonio Martínez Ares
miércoles, 30 de abril de 2014
miércoles, 2 de abril de 2014
Guillaume y los chicos. ¡A la mesa!
La búsqueda de la propia identidad es un largo y angosto camino, es casi
el objetivo de una vida. Muchos se quedan aparcados durante la travesía sin saber que es la propia senda la que les
identificará, otros continúan descubriéndose…
Guillaume inicia su itinerario en
la película en un teatro. Vemos como
sale al escenario y es entonces cuando
escuchamos la primera palabra de la película: ¿Mamá? . La busca sí, cual Edipo desamparado,
la ve aparecer en todos sitios, su mamá es su punto de referencia, es su amor. Porque
su mamá y él se aman más que nadie….
Los caminos de mamá son inescrutables y por eso envía a Guillaume a La
Línea de la Concepción, y es que….. ¿por qué no puede uno comenzar a conocerse a sí mismo bailando sevillanas y
levantando la pierna al darse la vuelta
en la tercera?
Imita a su madre cuando se sienta, cuando anda y, hasta cuando habla, quería ser una chica, quería ser femenino, así que intentó apropiarse de su madre entre edredones nocturnos.
Imita a su madre cuando se sienta, cuando anda y, hasta cuando habla, quería ser una chica, quería ser femenino, así que intentó apropiarse de su madre entre edredones nocturnos.
El padre quiere que haga deportes
de chicos: Fútbol, boxeo, lucha grecorromana…. Cree que por no contrariar al esposo, es por lo que su madre no le compra ropa de
mujer.
Fue pasando por una cárcel turca, por una cancha de cricket donde la
gente lleva pavos con correa sin que nadie diga nada, y allí, en el dolor por
el rechazo de quien creyó su primer amor
descubrió que tenía que hacer el
servicio militar….
Después cuando el mundo le mostraba cual debía ser la esencia de su yo y
tras dos vanos intentos, se encontró de pronto con una polla de frente, se
acordó de Inglaterra y comprendió que todo lo hizo por miedo y que lo que más le
aterraba era cabalgar, de modo que
montó al caballo hasta sentirse liberado…..
Días más tarde, en una terraza se
enamoró y mientras la miraba a ella, en ese instante, en ese preciso momento, cuando estaba declarandose a todas las mujeres del universo, se mezclaron en su cabeza un montón de frases, muchísimas, hasta esa frase tantas veces oída a su madre y que ahora la decía su amiga Clemence: “Guillaume y los chicos ¡A la mesa!”.
Bueno pues ya os he contado la película. Una película escrita, dirigida y
protagonizada (hace el papel de madre y de hijo) por una persona con una
sensibilidad exquisita.
“Dicen que para hacer una película hacen falta una mujer y un revólver.
Pues, en mi película, a la mujer la interpreta un hombre, y el revólver es un
edredón. Pero también dicen que para hacer una película hay que hablar de lo
que se conoce. Y yo conozco a un hombre que, armado con un edredón, puede ser
una mujer muy bonita. ¿Verdad mamá?”
Guillaume
Gallienne
martes, 1 de abril de 2014
Heli
Diez razones por las que ver Heli:
Primera y única a
priori: El año pasado, en el Festival de Cannes, al mexicano Amat Escalante le dieron el premio al mejor director
por esta película. Y un premio de tal naturaleza en el festival de festivales actúa
como una invitación difícil de rechazar.
Segunda: Porque te va
incomodar, te va a perturbar, no te va a dejar indiferente. Quizás algunas
escenas ni quisieras verlas, hasta podrías pensar que el director debió sugerirlas
y dejar que las imaginaras, y tal vez lleves razón. Pero tal vez también lleven
razón aquellos que piensan que la película sin esas escenas tan crudas y duras
no transmitiría lo que el director pretende.
Tercera: Porque te
hace pensar al ver a unos niños jugando y no dejando de jugar a la play en una pantalla grandísima mientras contemplan
la llegada de unas personas que saben
que van a ser torturadas. Es su familiaridad con la violencia expuesta de esa forma lo que hace que un
desasosiego brutal te recorra de arriba abajo al pensar en tantos niños alcanzando
su madurez de una forma tan terrible. Y esa naturalidad con la que los
torturadores hacen “su trabajo” ….
Cuarta: Porque su
falta de ritmo hace que abundan los silencios, las frases cortas, que
predomine lo visual a la palabra.
Quinta: Porque es la
historia de la desintegración de una familia por la sociedad en la que vive
inmersa. Es la indefensión ante un sistema podrido y bárbaro.
Sexta: Porque tienes
que conocer a Heli, un casi adolescente de veintipoquísimos años, enamorado de su
pareja con la que tiene un crío de pocos
meses, trabajador, y que sólo vive para su familia. Tienes que amar a a Heli,
porque amándolo amarás la vida.
Séptima: Porque hay
que ver el rostro de la hermana de Heli a su vuelta y dejar que te inunde
un océano de ternura.
Octava: Porque toda
bajada a los infiernos tiene su parte bella, descubrirla depende de ti.
Novena: Porque ya busco las dos películas
anteriores de Amat: “Sangre” y “Los bastardos”.
Décima: Por una
canción. “No sé qué tienen tus ojos” de Los Ángeles Negros
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